El sector construcción en todo el mundo avanza hacia lo autosustentable, y presenta un nuevo paso con el desarrollo de un ladrillo termogalvanizado, con la capacidad de producir electricidad y convertir cualquier edificación en un sistema sostenible.
Académicos del Imperial Colegio de Londres fueron los que lograron fabricar un ladrillo que aprovecha las reacciones químicas de su interior, manteniendo diferentes temperaturas en sus costados gracias a un proceso de inducción electroquímica. Los materiales con los que se ha creado el ladrillo permiten la reducción y oxidación de electroquímicos a cada lado, lo que propicia aplicación de un sistema controlador de temperatura adecuada para soportar cada una de las estaciones del año.
La diferencia de temperatura genera la electricidad cuando los electrodos en estas caras producen reacciones electroquímicas. Los compuestos del interior no se consumen, no se agotan, por lo que nunca se puede sobrecargar. Cuando el exterior es soleado y dentro de la casa es sombreado y fresco, la pared tiene la capacidad de producir electricidad.
La estructura interna del ladrillo termogalvanizado está compuesta por:
- Agua gelificada
- Estructura de superficie mínima de Schwarz
- Electrodos
- Base del ladrillo
Además, prevé el uso materia prima reciclada a partir de basura, como botellas de plástico y otros materiales abundantes, para su desarrollo.
En líneas generales, se espera poder hacer impresiones en 3D a partir de plástico reciclado y que puedan ser usados de forma rápida y sencilla para construir inmuebles, especialmente refugios. La electricidad que pueden proveer estos ladrillos es lo suficiente como para dar unas horas de luz en las noches y recargar los dispositivos móviles.
Los ladrillos no almacenan la energía producida, eliminando la posibilidad de causar incendios, además, no requiere mantenimiento constante, y tampoco es necesario recargar o rellenar de forma continua los bloques.
Como base de construcción
El ladrillo ha sido considerado un punto clave para lograr el desarrollo de construcciones, cuya forma y resistencia ha hecho posible la edificación de infinidad de obras civiles, edificios e incluso puentes que se han mantenido en el tiempo.
El director de Construcciones Yamaro, Armando Iachini, en su amplia experiencia muestra alguno de los tipos de ladrillos que se pueden conseguir en el mercado actual, siguiendo una fabricación básica de los mismos:
Adobe de tierra, manufacturado de barro crudo, de fabricación antigua. Destaca su capacidad de aislamiento térmico y suele emplearse en estructuras precarias, de bioconstrucción y rústicas.
Ladrillo cocido de tierra, hecho de tierra o arcilla, se fabrica de forma artesanal. El tamaño varía de la normativa y requerimiento de cada país.
Ladrillo macizo, excelente acabado y dimensiones exactas. También existe con cazoleta, aquel con rebaje y especial para tabiques.
Ladrillo perforado, las perforaciones comprenden el 10% de su superficie.
Ladrillo refractario, es para espacios que produce frecuentemente fuego y altas temperaturas, con proporciones diferentes.
Ladrillo clínker o gresificado, compuesto de arcillas especiales, se obtiene un ladrillo de mayor densidad y cuenta con una baja absorción de agua.
Ladrillo cara vista, especial para fachadas y zonas donde el tabique estará al descubierto, con acabado esmaltado.