En los últimos años ha cobrado mayor fuerza la tendencia de trabajar bajo parámetros de arquitectura sustentable, conocida también como arquitectura verde y eco-arquitectura. Esta busca generar todas las comodidades necesarias para vivir o laborar bajo un ambiente de confort, pero minimizando el impacto de las obras sobre el entorno.

Amando Iachini, director de Construcciones Yamaro, sostiene que los proyectos de construcción que se aplican en la actualidad están orientados a aprovechar los recursos en su máximo nivel para reducir costos laborales y disminuir la incidencia generada por la actividad del hombre sobre la naturaleza.

En el mundo de la construcción han tomado auge las edificaciones que cuenten con sistemas de reciclaje de agua, lo que disminuye su consumo y maximiza su aprovechamiento frente a una necesidad de cuidar el recurso natural. Las claves fundamentales para generar ahorro de agua en una vivienda pasan por la aplicación de nuevas tecnologías que trabajen con el reciclado de aguas residuales y el aprovechamiento de las precipitaciones.

Se estima que persona usa al menos 129 litros de agua por día en el hogar, casi la mitad del consumo corresponde a actividades de aseo personal. Más allá del nivel de conciencia que debe tener cada persona sobre el uso responsable de los recursos naturales, existen otras medidas para ahorrar agua. Si las constructoras toman en consideración que buena parte del derroche de agua se produce en los baños, se debe estudiar un cambio de concepción en los modelos de fabricación, es así como surgen ideas que permiten reducir el gasto de agua como la instalación de duchas que permiten reducir el caudal de 20 a 10 litros por minuto.

En una vivienda familiar se podría ahorrar hasta 90.000 litros de agua al año, mediante la instalación de un sistema biológico-mecánico para el reciclado de agua, en la actualidad ha tenido mucho éxito el AquaCycle, que limpia aguas residuales, permitiendo su aprovechamiento para efectuar actividades como: el lavado de ropa o el riego del jardín.

Cada empresa de construcción debe evaluar los métodos que les permitirá fijar en el tiempo  sus aportes para proteger el medio ambiente.