Un elemento clave para el desarrollo de las construcciones ha sido el ladrillo. Gracias a su forma y resistencia, se ha logrado edificar infinidad de obras civiles, edificios e incluso puentes que han perdurado a lo largo del tiempo, demostrando su versatilidad.
Armando Iachini, director de Construcciones Yamaro, te muestra algunos de los tipos de ladrillos que puedes conseguir:
- Adobe de tierra: Esta hecho de barro crudo. Ha sido usado desde la antigüedad. Destaca por su capacidad de aislación térmica, y suele emplearse habitualmente en construcciones precarias, rústicas o en bioconstrucción.
- Ladrillo cocido de tierra: Este es un ladrillo cocido, hecho de tierra o arcilla, el cual se fabrica de forma artesanal. Puede ser de diversos tamaños, los cuales dependerán del país y sus normas. No tiene perforaciones y sus caras lucen rústicas.
- Ladrillo macizo: Es de mejor acabado y sus dimensiones son exactas.
- Ladrillo macizo con cazoleta: Este también se conoce como ladrillo con rebaje, es especial para tabiques.
- Ladrillo perforado: Las perforaciones en la tabla son más del 10% de su superficie, en caso de que fuesen menores se le consideraría como un ladrillo macizo. Se le conoce también como ladrillo liviano.
- Ladrillo refractario: Su uso se da principalmente en lugares donde habitualmente se produce fuego y altas temperaturas. Esta constituido, normalmente, con los mismo materiales que un ladrillo común, aunque sus proporciones son diferentes.
- Ladrillo clínker o gresificado: Al estar compuesto de arcillas especiales, que son cocidas a altas temperaturas, se obtiene un ladrillo de mayor densidad y que además cuenta con una baja absorción de agua.
- Ladrillo cara vista: Este ladrillo es especial para fachadas y zonas donde el tabique estará al descubierto. Su acabado normalmente es esmaltado.
Estos son solo algunos de los tipos de ladrillo que se pueden emplear en la construcción.