Puede parecer insólito, pero es cierto: el barro es utilizado como material de construcción por algunas culturas en partes del mundo donde la civilización (como la conocemos) no ha podido realizar muchos cambios.
El pueblo Musgum en Camerún es una de esas culturas que se vale de una arquitectura basada en el uso de materiales del entorno, como las fibras vegetales y el barro.
Armando Iachini, director de Construcciones Yamaro, reseña que las viviendas de estos nativos se caracterizan por tener cerca de nueve metros de altura y la forma de un arco catenario, capaz de soportar un peso máximo con el uso de materiales sumamente accesibles, económicos y de una eficiencia absoluta.
La llegada del cemento y el desarrollo de otras técnicas arquitectónicas en Camerún puso en peligro este tipo de alternativas habitacionales, ya consideradas en desuso por muchos.
Las chozas camerunesas se caracterizan porque su estructura es elaborada con juncos. Estas fibras vegetales son tejidas en una red geométrica y simétrica, que posteriormente es recubierta con barro.
Con fines ornamentales y funcionales, la superficie de estas viviendas es recubierta de un sistema modular, que además aporta a la edificación diversos puntos en los que soporta el peso, haciendo que el resultado sea más sólido, duradero y confiable.
Las chozas de los Musgum en Camerún tienen un orificio en la parte superior de su estructura en arco, que no solo sirve de chimenea, sino también permite una vía de escape, a modo de escotilla, en caso de inundaciones.
Armando Iachini señala que construcciones similares se pueden localizar Turquía o Mali, donde el uso del barro en fundamental para el desarrollo de estas viviendas rurales de bajo costo.
Amenazadas por el desarrollo de otras alternativas habitacionales, elaboradas con materiales más resistentes y menos amigables con el ambiente, muchos arquitectos y diseñadores han puesto su atención en estas chozas camerunesas, para tomar de ellas sus principales aportes en cuanto a sustentabilidad, eficiencia y bajo costo.